El 10 de febrero de 2011 sustenté mi tesis de grado. El 28 del mismo mes fue la ceremonia de graduación. Así dí por finalizada mi estadía en Rusia, llevando conmigo un título universitario bajo el brazo, una licencia de piloto privado de avión y la ilusión de continuar el curso de piloto comercial de avión en otro país que se ajustara a mi presupuesto.
No puedo negar la tristeza que me invadía al tener que despedirme de mis amigos, de las familias que me había acogido y ofrecido su hogar como si fuera el mío; de mis alumnos de español, de todos los que me acompañaron en las diferentes etapas de los años vividos en la Federación de Rusia. Sin embargo, hoy sigo en contacto con muchos de ellos y es grato ver que una amistad siga teniendo lugar sin importar las barreras de la distancia y tiempo.
El 12 de marzo viajé a Perú. Escogí ese país por varios motivos, de los cuales únicamente dos puedo compartir abiertamente con ustedes: 1. Existía la posibilidad de ingresar a una empresa que operaba helicópteros Mi-17 y Mi-8 (durante el mes de febrero y hasta marzo estuve en un curso intensivo y casi que personal de mantenimiento de helicópteros Mi-17 y motores TV3-117VM en Samara). 2. El curso de Piloto Comercial de Avión era mucho más económico que en Colombia y si se daba el trabajo que tenía en mente, podía sin mayores inconvenientes costearme las horas de vuelo.
Ya en Lima me radiqué en la zona de Chorrillos, una acogedora región de Lima, residencial, de fácil acceso y con buen flujo de transporte público. Si hablamos en términos colombianos la calificaría como estrato 4-5. No sé por qué, pero la gente vive más que todo en casas, de uno o dos pisos, pero en apartamentos muy poco, al menos, siento que en Colombia estamos más acostumbrados a la vivienda en apartamentos. Alquilé una habitación en una casa de dos pisos. Afortunadamente disponía de una cama con un colchón decente, una silla y una televisión con 4 canales nacionales, y muy importante, un baño con ducha privado. ¿Notaron que no mencioné acceso a internet? Me tocó ingeniarmelas para inscribirme a una de las redes inalámbricas que llegaban hasta mi cuarto, pero la conexión demasiada lenta y muy inestable. Creo que a Perú le falta mejorar en cuanto a tarifas y velocidades de acceso a internet. Pasé de una conexión de 30mbps a una de 256kbps y pagando prácticamente la misma suma por las dos.
Lima...aún la recuerdo y añoro. Una encantadora ciudad. Desde su gente hasta su gastronomía. Es tan diferente Lima a las ciudades que he conocido. La rutina de la ciudad te hace sonreir, su caos capitalino te intriga. Todo puede llegar a ser una aventura: Tomar la "combi" (minibus), lidiar con los taxistas y negociar el precio sin decir ni siquiera las gracias cuando no te convence la oferta del conductor, no encontrar palabras para decir "no" ante las infinitas invitaciones de los "promotores" de restaurantes en las calles, en fin...toda una experiencia que sólo puede apreciarse si se está allá. Aunque renegué en un principio mientras me adaptaba a las diferencias, aprendí a querer esa ciudad, sus "chifas", restaurantes, shows...todo.
Sigo con mi relato. Me presenté en Helisur
www.helisur.com.pe para una posición en el departamento de mantenimiento técnico. Fui cordialmente invitado a una entrevista con un representante de Recursos Humanos. Prometieron llamarme en una semana, pero lo hicieron a los dos días para invitarme a otra entrevista con el jefe del departamento de mantenimiento técnico. Para sorpresa mía el señor tenía raíces rusas y su asistente había estudiado en Moscú. Mantuvimos una parte de la charla en ruso. Expliqué mis intenciones y aspiraciones. A pesar del interés que manifestaron por mi candidatura, el hecho de ser extranjero y tener que lidiar con una documentación extra impidió que firmase contrato con ellos. Ese fue mi primer bajón como recién egresado en búsqueda de trabajo.
Paralelamente a la búsqueda de trabajo empecé a averiguar por las escuelas de vuelo, que ya las traía fichadas desde Rusia y cuyas propuestas había estudiado concienzudamente. La primera de la lista fue EDACI, una escuela de gran tradición en Perú, casada con la Fuerza Aérea del Perú y ubicada en la base militar Las Palmas en pleno centro de Lima. Visité la base y del punto de información no pasé. Me dijeron que no tenían cupo. Descartada EDACI. Segunda en la lista: Masters of the Sky. Una escuela que recientemente se convirtió en la cuna de pilotos de LAN Perú. Los alumnos que ingresan a la escuela hacen parte de la escuela de formación de LAN Perú, quienes les ayudan a conseguir créditos bancarios para cursar la carrera y al finalizar, tienen la entrada casi que segura a las filas de LAN Perú. Muy bien por los peruanos. En Colombia hace falta al menos, un centro así. No todos podemos darnos el lujo de costear una carrera de 55 mil dólares que hay que desembolsar en un año - año y medio. Saliendo del paréntesis, en Masters of the Sky me dijeron lo mismo que en EDACI: No hay cupos. No es un secreto que la aviación en latinoamérica está en auge y la demanda de pilotos sigue creciendo, por lo tanto la cantidad de estudiantes de aviación ha aumentado en escala geométrica.
La última opción era Air Professional. Menos mal que no me llegó a convencer la propuesta de esta escuela. Al transcurrir unos meses me enteré del fraude que hacían. No sé y espero que aún no sigan en eso, pero ofrecen el curso completo de Piloto Comercial ab initio (desde cero) por un precio económico (cerca de 20 mil dólares) pagando en una sola cuota el total del mismo y luego te enfrentas a la realidad que únicamente te dan los cursos teóricos porque no tienen aviones disponibles para que hagas las horas de vuelo. Unos están dañados, otros sencillamente fuera de servicio indefinidamente, y si hay uno, está ocupado con los otros alumnos que pagaron antes que tú y que vuelan 1 hora por semana como mucho. Aprovecho para advertirles que mejor no inviertan su dinero en Air Professional y búsquen otra escuela más decente y con buena reputación. Es muy importante consultarse con otros alumnos, pilotos, antes de decidir colocar el dinero en una escuela de vuelo.
Resumiendo: Ni trabajo ni escuela de vuelo. Más claro no podía estar. Por mucho que me gustara Lima, no era el lugar en el que tenía que estar, al menos, en ese momento de mi vida. Como siempre es bueno tener una segunda opción, yo tenía la mía: Argentina. Ya tenía cierta información de varias escuelas de vuelo: Flight Center, Fly Tango, Flying Time, Rafael Lupetti y Andres L. Brasich. No es mi intención hablar sobre las escuelas. Yo hablaré por qué escogí Rafael Lupetti. Hay mucha informacón sobre las otras escuelas. Si alguien está interesado lo invito a investigar un poco en internet y en los foros argentinos de aviación. Saque sus propias conclusiones y elija inteligentemente. La misma opción no siempre sirve para todos, por eso la invitación es siempre a investigar y decidir por sí mismos.
Una de mis aficiones desde hace 4 años ha sido el vuelo virtual en Flight Simulator y el control de tráfico aéreo, ambas de estas "profesiones" simuladas en el ambiente que ofrece VATSIM
www.vatsim.net Estoy registrado en la subdivión España
www.vatspa.net Allí, siendo parte del staff conocí a un piloto virtual de Spanair, peruano, que me habló sobre la escuela de vuelo Rafael Lupetti, donde él había iniciado el curso de piloto privado. Tuvimos esa conversación en noviembre de 2010. Entonces los precios rondaban los 75 dólares por hora de vuelo en Cessna 150, Cessna 152 y Piper Tomahawk PA-38. En aviones convencionales el precio era inferior, cerca de 65 dólares en Cessna 140, Piper Cub J3, Silvaire SL-8E, Piper PA-11. Estando ya en Perú me encontré con este chico y me habló personalmente de cómo era la vida en la escuela, que no era un lujo, no era un hotel 5 estrellas, compartías la habitación con otros chicos, los baños, la cocina, la nevera, que el barrio no era el mejor...pero que era económico y además, el director, todo un personaje, conocido en toda Argentina, con muchos contactos y un hombre dispuesto a ayudarte a alcanzar tu sueño. Se imaginarán lo que yo pensaba, después de Rusia, no creo que haya algo peor...si ya sobreviví a Rusia puedo sobrevivir a lo que sea. Así que me decidí por la escuela de vuelo Rafael Lupetti y no me arrepiento. En un próximo post les contaré más sobre mi experiencia en la escuelita y las vivencias que tuvieron lugar durante los 7 meses que viví en ella.
Y bien, con la decisión tomada compré mi pasaje a Buenos Aires para el 8 de abril. Sabiendo que en pocos días dejaba Perú y que tal vez, pasaría un buen tiempito antes de regresar, decidí darme una pasada por Machu Picchu y sus alrededores. Compré un tour de 3 días que incluía tiquetes aéreos por Star Perú y alojamiento en hotel 3 estrellas en cama doble con desayuno, tiquete en tren hasta Aguas Calientes (parte baja de Machu Picchu) ida y vuelta. Encantador resultó el viaje. La altura no me afectó para nada. El hotel muy acogedor y las personas...qué calidad de gente Dios mío...amabilidad por doquier. Un diez para Cusco y su gente. Machu Picchu, definitivamente sin palabras. Asombroso. Vale la pena ir y ver con sus propios ojos esa maravilla del ser humano y la naturaleza. En la noche una cena cerca de la plaza central de Cusco...rocoto relleno...qué delicia...debería escribir otra entrada para describir el viaje a Cusco, pero no hay palabras que puedan describir totalmente la belleza de ese lugar.
Y después de casi un mes en el maravilloso Perú llegó el 8 de abril, el día de mi partida. En el aeropuerto internacional Jorge Chávez de El Callao me despedí de Perú y su gente, de su comida, de sus calles, de su aire saturado y húmedo, de la neblina que por las mañanas cubre su atmósfera...le dije adiós a mi querida Lima.
Ese mismo 8 de abril y con emociones encontradas, arribé al aeropuerto internacional de Ezeiza Ministro Pistarini en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Sin conocer a nadie, y donde se suponía que me iban a esperar con un cartelito que dijera "Néstor Calvo" estábamos mi maleta, mis sueños, mis metas, y yo, parados en la sala de arribos internacionales de la terminal A.
Lo que pasó de ahí en adelante, es algo que vendrá en mi próximo relato. Es todo por ahora. Creo que ya es hora de dormir un poco y dejarlos descansar de esta lectura extensa.
¡Hasta pronto!